sábado, 24 de agosto de 2013

Orgulloso de ser padre

Para estrenar este nuevo blog, quería escribir sobre algo especialmente significativo en mi vida, algo importante, algo simbólico que compartir contigo. Y una de las ideas que desde el principio tenía era escribir algo relacionado con mi hijo.
No quiero caer en el tópico de que "es lo más maravilloso que me ha pasado nunca..."  ni en el mito de que "es la alegría de la vida"... y tampoco quiero aparecer como una persona que tuviera claro desde siempre su "misión" como padre. Porque no sería verdad. También en honor a la verdad, te diré que no descartaba la idea de tener algún día hijos, pero tampoco tenía tenía la idea de tenerlos como una parte esencial y enriquecedora de mi proyecto vital.
Por otra parte, anteriormente había trabajado en sectores relacionados con los niños y la educación: monitor, cuidador de comedor... y eran tareas que me gustaban (siempre que la jornada fuese medianamente buena y sin problemas, claro). De todas formas, tuve buenos maestros y maestras que me enseñaron el "oficio" de forma humana, cercana y a la vez profesional. Quiero decirte con todo esto, que el contacto con los niños no era nuevo para mí, que me gustaba (la parte buena), y que aprendí lo básico de la educación: trato directo y cercano, trabajo con grupos, normas, paciencia, comprensión, mucho trabajo y mucho cariño...
Así que ahí estaba yo, envuelto en todas esas ideas y con toda esa experiencia que estaba acumulando, cuando llegó él. Sí, fue un niño, que de forma inesperada, quería hacerse un hueco en mi vida. Y lo consiguió.
Entonces pude poner en práctica todo lo que había aprendido. Y funcionaba, la verdad. Pero también me di cuenta que a veces me apetece pasar tiempo con él "haciendo nada", simplemente estando juntos, e incluso me apetece "consentirle" y darle caprichos. Algo que antes "desde fuera" veía de otra manera o criticaba, ahora lo veo como un derecho que tenemos los padres. Curioso, ¿verdad?
Y a día de hoy, echando la vista atrás, siento que estoy orgulloso de ser padre, estoy orgulloso de cómo es mi hijo, y estoy orgulloso de cómo está creciendo y madurando. Sigue así, chico!!

2 comentarios:

  1. Hay tiempo para todo. Para exigir y para consentir.
    En internet como en la vida hay de todo. Acabo de leer un test tonto para comprobar si puedes ser un buen padre y un interesante artículo sobre las cosas que no pueden faltar para ser un buen padre y que al final se resumen en: autocontrol, coherencia, empatía, flexibilidad y paciencia.
    Ser padre es una gran responsabilidad pero supongo que también una gran alegría ver como los niños crecen y hacen bien las cosas. Supongo que eso hace que uno se sienta bien. Al final no sólo maduran los niños, también ellos nos hacen madurar.
    Un saludo!!

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    1. Pues estoy de acuerdo contigo, Teucro. No creo que sea una tarea fácil (a mí no me lo parece) pero sí es gratificante. Y al final se convierte en una relación mutua que se renueva cada día que pasa.
      Saludos.
      Dani

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